jueves, 1 de septiembre de 2016

Apuntes sobre la destrucción de un Microcosmos: Diecisiete.

El personaje tiene un sueño extraño. Es una habitación oscura, apenas ingresa una resolana por una persiana mal cerrada. Una voz de mujer cuenta su historia, solemne. Cuenta que es la hija del CEO de Marlboro y que salía con el hijo del CEO de Phillip Morris; pero sus padres no aprobaban el romance de los herederos. Una especie de Romeo y Julieta de las tabacaleras. La mujer dice que huyó de todo eso, que no piensa volver. El personaje no entiende quien es ella, ni que hace ahí con él. No alcanza a reconocerla. Recibe un mensaje de texto; le anuncia algo terrible, una muerte tal vez, pero no lo dicen, sólo es una insinuación de una fatalidad. Uno no piensa en esas cosas. No planificás. No estás creyendo que todo se va a ir a la mierda. No hay plan B, como se dice. Tal vez porque no fuimos mezquinos, tal vez porque nos entregamos demasiado. Hasta el punto de desaparecer. De no saber quién era uno y quién era el otro. Bailemos, dice Eya, me la paso bailando a veces. Las horas más lindas las pasó contigo, si, no quiero ni pensar si un día me faltes tú, no quiero ni pensarlo amor… Eya está inquieta, por momentos angustiada, por momentos cínica, por momentos se ríe a carcajadas, por momentos llora. Todo a la vez, todo en un cuerpo. Bailemos, dice Eya, me la paso bailando a veces. Tú me acostumbraste, a ser como un niño, no quiero ni pensar si un día me faltas tú, no quiero ni pensarlo, amor… Quiere contenerse, ser objetiva, por momentos puede, me doy cuenta en sus ojos cuando algo le duele, la abrazo, tranquila, contame lo que sea, quiero ocupar el lugar que me des, me explica. Bailemos, dice Eya, me la paso bailando a veces. Pídeme la luna, te la bajaré, pídeme una estrella hasta allá me iré, mas nunca me digas no te quiero más, porque esas palabras me hacen mucho mal… El mundo es un asco, la gente no es sincera, miente, oculta, necesito que sigas estando, me dice, vemos un fragmento de una película, de esa película, Eya está harta de todo, por momentos se cansa, le duele la espalda, pero ya no tiene ataques y quiere construirse a sí misma. Bailemos, dice Eya, me la paso bailando a veces. Pídeme la vida y te demostraré, cuanto yo te quise, cuanto te amaré, tú fuiste y has sido para mí el amor, regalo más lindo que me ha dado Dios…Quiere completarse, quiere llenar ese vacío, sin depender de otros. Me mira. Esa mirada me dice Te quiero. Bailemos, dice Eya, me la paso bailando a veces. Quisiera esta noche, tenerte conmigo, amor, no quiero ni pensar si un día me faltas tú, no quiero ni pensarlo, amor…

No hay comentarios:

Publicar un comentario