lunes, 12 de septiembre de 2016

Apuntes sobre la destrucción de un Microcosmos: Veintiséis.

La pantalla gigante sólo devuelve una sonrisa enorme y deformada. La mesa, delante de ella, es encabezada por el Rubio Conductor; a su derecha e izquierda se esparcen periodistas, especialistas y opinadores de toda clase. La música de relleno ha sido suprimida; todos mantienen un gesto adusto, preocupado. La cámara se acerca, con un dulce movimiento, al Rubio Conductor. El hombre, que ya supera los cuarenta, hace una mueca rara con la nariz. Todavía hay algún resto de lo que tomó en el camarín.
-Buenas noches, queridos amigos, hoy tenemos varios temas de actualidad para ir tocando en la mesa, con los diversos invitados. Pero me interesaría, fundamentalmente, hablar de este personaje que ustedes ven a mis espaldas. El Joker. Se ha armado un revuelo en los últimos días, en la última semana y algo, alrededor del personaje, que me gustaría tratar de enfocar en aspectos más profundos del tema. Sabemos que hay quienes lo idolatran, hay quienes lo consideran un terrorista, hay quienes lo ven como algo inofensivo. Sé que en la mesa están todas estas posturas y por eso me gustaría arrancar charlando sobre eso. Hoy tenemos en el gabinete a filósofos, especialistas en seguridad, especialistas en redes sociales, aparte de nuestro plantel habitual, así que va a estar bien interesante la cosa. Hoy están con nosotros, como invitados, el Filósofo, el Especialista en Seguridad, el Especialista en Redes Sociales; como parte de nuestro staff permanente están el Director de la Revista, el Periodista del Establishment y el Periodista de los Servicios. Bien, quería comenzar con vos, que sos el intelectual, el tipo que por ahí mira un poco más allá, te veo que tenes lápiz y papel preparados, ¿usás eso siempre?
-Depende, a veces uso lapicera- responde el Filósofo, altivo- depende, los que escribimos mucho, solemos tener muchos tipos de lápices y lapiceras.
-Bien, te quería preguntar- insiste el Rubio Conductor- el tema de hoy pasa por este particular personaje, el Joker, que apareció como una bomba en You Tube, con no sé cuántos millones de visitas…
-Un millón y medio- acota el Periodista de los Servicios.
-Un millón y medio de visitas, una barbaridad, con muchos seguidores jóvenes, que le responden, que lo han tomado como referente. La pregunta es que representa este personaje, cuál su alcance, cuál es su peligrosidad real, cuál es la influencia de las redes sociales en nuestra vida, también, ¿se puede desestabilizar a un gobierno democrático con videos en You Tube? Hace unos años esto hubiera sonado inverosímil, pero ahora no sé…bueno, son todas preguntas, inquietudes, puntas que tiro en la mesa para que debatamos. Quería empezar con vos por eso, para que nos des…
-Disculpame- interrumpe el Periodista de los Servicios- pero antes déjame decir que, para mí, para mí, no sé qué pensara el resto, para mí este personaje ya debería estar preso. Para mí, eh, debería estar preso.
Silencio en la mesa. Algunos se miran con una mezcla de sorna e incomodidad. El Filósofo se acomoda en su silla. Recuerda a su padre en momentos como este; al viejo no le hubiera gustado verlo ahí sentado, junto a todos esos lobistas y operadores mediáticos. Que se joda, piensa él; al fin y al cabo, sostiene una vida más tranquila y más holgada económicamente de la que su progenitor jamás le hubiese proporcionado. De todas formas, recuerda el alivio que significó su muerte; la mirada severa no corroe tanto desde la tumba. El Rubio Conductor lo mira, cediéndole la palabra.
-Bueno, primero déjenme aclarar que no existe ninguna clase de preocupación por parte del Gobierno con este tipo de personajes. Lo ven como parte de cierto populismo residual y fanático, un oportunista en el mejor de los casos. Les puedo asegurar que todos los funcionarios están tratando de pensar como llevar a cabo todas las transformaciones que necesita la Argentina, tratando de mejorar la vida de todos. No les interesa lo que pueda decir este o cualquier loco por las redes sociales.
-Un poco debería estar preocupado- comenta el Director de la Revista, un hombre que supo publicar tapas que sobrepasaban el mal gusto y ahora intenta parecer un periodista probo e independiente- deberían estar un poco preocupados porque este personaje no sólo suma fanáticos virtuales sino, también, grupos que se están organizando para desestabilizar y generar caos. No digo que debería sobreactuar, pero de ahí a no preocuparse, me parece imprudente.
-Es un terrorista- espeta el Especialista en Seguridad.
Todos lo miran. Un silencio espeso invade la mesa. El hombre bordea los sesenta años; su rostro iluminado por un botox cansado, refleja cierta carencia de humanidad. Alguna imagen borrosa del fin de semana le da vueltas por la cabeza; recuerda algún enano y varios juguetes, entre otras cosas.
-Es un terrorista- repite- miren, en cualquier sociedad civilizada, este sujeto no tendría ningún asidero, en cualquier país serio, estaría preso ya. El Gobierno no puede darse el lujo de tener a alguien dando vueltas, sea quien sea, agitando la insurrección, horadando la imagen presidencial. Hay muchos jóvenes confundidos que lo siguen porque no tienen noción, porque la juventud suele tener cierta dosis de rebeldía, pero no están capacitados para discernir lo peligroso de este sujeto. La década anterior dejó esto, un montón de chicos sin ninguna clase de valores. Han perdido la cultura del trabajo, el respeto por las autoridades, el valor de la familia y siguen a estos instigadores. Hay que solucionar la crisis educativa, tiene que volver la c…
-Bueno, bueno- lo interrumpe el Rubio Conductor- me gustaría también escuchar al Especialista en Redes Sociales, que todavía no habló, que nos mira con algo de timidez, quería preguntarte por este fenómeno de los youtubers, de estos personajes que surgen de la internet, en qué lugar se podría ubicar al Joker en este, en este fenómeno.
-Bien, es un personaje extraño. Esta es una época donde el avance de la tecnología permite que todo aquel que tenga acceso a una cámara, una Pc y, ni siquiera, con un celular, puede realizar estos videos. Se nota el estilo amateur, casero de los videos del Joker, realmente hay que elogiar el ritmo y el impacto que ha logrado con muy escasos recursos. En cuanto a otro de los temas que estaban debatiendo en la mesa, hay que recordar que en muchos países árabes hubo revueltas e incluso se echaron a gobiernos, con movimientos iniciados en redes sociales. Hoy por hoy, las redes tienen una enorme influencia en la vida diaria, en la vida política de las sociedades, por lo cual el Gobierno debe estar, aunque sea atento a esta situación.
-Bien, bancame que ya estoy con vos- dice el Rubio Conductor, apretando, con ternura, el brazo del Periodista de los Servicios- porque tenemos una llamada en línea. ¿puede ser que del otro lado este el Joker?
Una carcajada ominosa y demencial se escucha, interferida por el ruido de los pulsos telefónicos. Los integrantes de la mesa sienten que un escalofrió le recorre el cuerpo. La carcajada no se detiene. Se acomodan en las sillas, miran hacia fuera del estudio, reprimen las ganas de levantarse y correr. El miedo los invade. La otredad está ahí, cercana, al alcance de una palabra. La carcajada se corta abruptamente.
-Sí, soy yo, el Joker original, el verdadero, el único- una voz aguda y eléctrica suena en el aire- escúchenme, si quieren saber de mí, me gustaría que me inviten a su programa y hablen conmigo, antes de continuar con esa retahíla de idioteces que están reproduciendo.
El Rubio Conductor se queda petrificado. Sabe que es el evento periodístico de la semana, del mes, tal vez del año. El Joker en su programa. Un certificado que puede recibirlo de periodista, que puede darle el prestigio y el lugar que le niegan sus propios colegas. Responde, rápido de reflejos.
-Sí, sí, seguro, quédate por privado y arregla con nuestros productores. Va a ser un placer.
-Listo, gracias.
La mesa queda en silencio, todos se miran entre sí. El Rubio Conductor esboza una enorme sonrisa de satisfacción. Los demás están entre asustados y sorprendidos.
-Bien, vamos a ir a una pausa para acomodarnos y enseguida volvemos.

La cámara se eleva por sobre sus cabezas, como un pájaro de metal que se aleja. Las luces del estudio bajan. Un asistente de producción acerca un espejo y una lapicera a todo aquel que lo pida.

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