Dicen
que, cuando uno quiere dormir mucho, es porque no quiere estar despierto. Quiero
dormir y duermo poco. Estoy demasiado tiempo despierto. Y cuando duermo, no
sueño. O sueño cosas confusas, movidas, sucias. Me gusta dormir; el sueño es
una entrada a otro mundo, a uno de reglas diferentes y arbitrarias. Es una
fantasía que creemos real. Pero soñar no es un acto de voluntad, es una
cuestión de azar. A veces, pasan días y días sin soñar; hasta que, de pronto,
nos conmueve un sueño intenso. Hoy, al costado del camino, había un gallo
muerto dentro de un cajón de madera; lo habían tapado con un pedazo de cartón,
pero las plumas de la cola asomaban como un penacho ámbar oscuro. El gallo no
se veía, se sospechaba, al igual que los motivos de su muerte. Es algo para
preguntarse como muere un gallo. En diciembre, se empieza a sentir el calor. La
ropa colgada de la soga adquiere el olor del sol. Es cuestión de pasearse entre
ella, a media tarde, y se puede percibir el aroma a sol, impregnado en las
prendas. Como lucecitas naranjas parpadeantes, las mariposas vuelan sobre la ligustrina;
son varias y nadan hacia arriba, hacia abajo, hacia los costados. Voy a rozar
el aire de terciopelo. En alguna parte de Gorina, hay un hombre que es
propietario de una enorme montaña de escombros Es un hombre muy gordo y de piel
muy roja, quemada por las horas de exposición al sol. El hombre siempre está
subido a un tractor anaranjado y mueve los restos de ladrillos de un lado a
otro. El lugar ocupa casi media manzana. Pero hay un lugar donde los dientes
del tractor son inaccesibles. Allí, los escombros fueron tapados por una piel
verde, hierba mala que creció entre los restos de casas. Como un mantel
brillante que tapa las ruinas de las que está hecho, el césped se abre paso
entre pedazos de vigas y cemento gris. Sobre él, como pústulas luminosas,
crecen decenas de flores violetas. Es un paisaje llamativo. Sobre aquello que
ya no es, sobre aquello de lo que sólo quedan recuerdos destrozados, crece un
mantel fulgurante, precioso, vivaz. Es sólo cuestión de tiempo, tal vez, para
que de lo muerto nazca una vida nueva, robusta, hermosa.
Hola señor pato, cómo le va?
ResponderEliminarMe gustaría decirle que agradezco mucho que lea y tenga en cuenta los comentarios de sus lectores. Ha mejorado mucho desde el ultimo. Se nota las lecturas de fondo, las imagenes surrealistas y bellas que construye; además de unir el relato en un camino de ensueño y realidad.
Lo felicito para cerrar el año es muy hermoso, espero encontrarlo en 2017 renovado y con más historias para contar.
Saludos intergalacticos.
Pd/ la imagen de la montaña de escombros me recordó al cap de los simpson con la montaña de azúcar. (chiste interno)