Vistos los últimos
acontecimientos acontecidos en esta residencia, se declara emergencia
habitacional y se dispone que los únicos seres vivientes y sintientes a los que
se les otorga la ciudadanía son:
-Quien suscribe.
-La Gata.
-El grillo que
vive debajo de la cama y me gusta creer que es mi consciencia.
-Algunas arañas.
Al resto de
alimañas y afines se les ordena que, por propia voluntad, se acerquen a las
puertas de la oficina migratoria donde se les asignará destino. Quienes no lo
hicieran en el plazo de 48/ 72 horas, serán buscadas en sus domicilios y se las
llevará a través de la fuerza pública a los lugares asignados. Sin más, La
Administración.
“…y a dónde se nos
fue el amor/ a dónde perdió el avión/ que tren extraño tomó/ la puta que lo
parió…”
Siguiendo un poco la línea de ayer, según Zizek, enamorarse es como caerse. Según
Silvina, es perderlo todo, el asco, la vergüenza, todo. Ambas definiciones se
unen y se complementan en algún punto. El enamorado se expone, es vulnerable,
se somete a la voluntad del otro, y no tiene defensa ante eso. Es lastimado, y
no puede defenderse. “…a dónde queda el
porvenir/ cuando te queres morir/ de qué me voy a reír/ buscando una
explicación…” Por lo tanto, el enamorado cae y pierde. Sufre, básicamente. Si
se me permite la metáfora, es como Palestina. No puede elegir una vía diplomática,
porque Israel ostenta el poder y se pasa por el orto las resoluciones de la
ONU. Pero tampoco puede ejercer una violencia directa, porque también lleva las
de perder; un hombre-bomba son miles de palestinos muertos a misilazos. Por lo
cual, se encuentra encerrado en un espiral: no tiene más que resignarse a su
destino de sufrimiento y disgregación. Pero no creo que sea tan terrible. Tal vez
haya que dejarse caer, tal vez haya que intentar una conexión con el otro más
profunda, más intensa, y dejar de lado el caretaje, la cuestión superficial, tal
vez haya que entregarse al sufrimiento. Al fin y al cabo, el disfrute intenso y
real sería imposible sin ese sufrimiento. Y la canción tiene que ver con eso. Uno
se siente así ante la persona amada; sucio, pequeño, vulgar, una mierda básicamente.
Y el Arsenal volvió a pechear hoy, Dios, no se puede creer tanta frialdad. A veces
pienso eso, que esperarte es como esperar que el Arsenal no pechee, es decir,
es esperar lo que no va a ocurrir; tal vez tenga más suerte si el 6 de enero
espero a los Reyes Magos. “…venía abstraído
cuando te encontré de frente/ y no había puente…”
Hola señor Pato.
ResponderEliminarMe gusta este pequeño fragmento porque me siento muy identificada; me gustaría saber que siente el amado, porque en este caso como bien lo indica su morfosintaxis es pasivo. El que sufre es el amante, porque esta atrapado, le tiran pelotazos de todos lados y ahí sigue amando sin pensar. El amor es una enfermedad como bien dice Zizek y estoy de acuerdo con usté. Pero que nos diferencia de otra especie sino el amor, o quizás nos estén invadiendo cucarachas que traen las respuestas a este tipo de inquietudes.
El recurso de la narración con la canción esta bien usado, y dice más que la filosofía. Te deja pensando.