Lo
abraza. El personaje no tiene problemas; no le molesta. El cine es un viejo
ritual. Jonah Hill sigue haciendo de veinteañero. Deberías ir a un psicólogo,
le dice alguien. No ve la utilidad. Es un espacio para hablar y abrirte. Con ese
criterio, podría ir a la iglesia, a una reunión de Alcohólicos Anónimos, a un
encuentro de solos y solas, a tomar ayahuasca. Podría escribir en un blog. O ir
a constelar. Al fin y al cabo, todo deviene de la armonía con el Universo y con
nosotros mismos, que somos parte de eso, o algo así. Según dicen, estamos
unidos como una madeja de lana. Hay una energía cósmica que nos atraviesa. No sé.
Acércate a nosotros, dicen, que vamos a hacer unas lecturas de los Registros
Akashicos. ¿Qué? Es como una cinta energética de información, donde se acumula
un saber cósmico que te ayudará a resolver todos tus pesares. ¿Y los pesares
son espirituales nomás o pueden ser pesares más concretos? Es como un GPS, te
indica los caminos, pero tú debes elegir. No sirve para mucho, yo necesito
alguien que me diga lo que tengo que hacer, como debo actuar. Creo que deberías
acercarte a una de las reuniones, este sábado, por ejemplo, vamos a charlar
sobre cómo encontrar a nuestro niño interior. ¿Qué? Sí, como encontrarnos con
eso que representa lo más puro dentro nuestro. No lo necesito, yo sigo viendo
Bugs Bunny, por el contrario, necesito madurar, ser un adulto. También realizamos
charlas sobre eso, sobre cuál es nuestro propósito en la vida. Otra vez lo
mismo, ¿es algo concreto o sigue siendo parte de este pastiche New Age
orientalista que me queres encajar? Deberías ser más abierto a estas ideas, en
Oriente, la concepción del Universo está más conectada con la naturaleza y escapa
del materialismo propio de Occidente. Sí, pero hay lugares muy pobres y violentos,
sometidos con estas ideas religiosas. Eso es parte de la visión retorcida que
nos venden los medios, la gente es muy feliz allí, vive de un modo más
sencillo. Imagino que sí, pero no me convence ninguna clase de superstición,
secta, grupo de autoayuda o lo que sea que vendas. Deberías estar más
perceptivo, menos rígido, voy a regalarte unas palabras “Cuanto más pensas, más
te debilitás, pensamos hasta el punto de torturarnos, es necesario vivir el
ahora, el presente, es allí donde radica la felicidad”. Si me permitís, también
te voy a regalar unas palabras “Cuando viene la ola, nadie sabe nadar, la
angustia, la desesperación, la soledad, nos pega a todos por igual y ni Buda, ni
Jesus, ni HaShém, ni Alá, ni Shiva, ni ningún gurú de la autosuperación, ni
nadie que te imagines, nos va a rescatar de la tristeza ni de la muerte, todos
estamos igual de solos ante los problemas, así que deja de lucrar con la
angustia de la gente, vendiendo soluciones mágicas”. Namaste. Pícatela. El personaje
ve caer la lluvia; las gotas se precipitan en cámara lenta. Tal vez la
resolución de la película sea una epifanía tan inesperada como remanida. Por ejemplo,
él no era él, en realidad, él era él mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario