Hoy
no hubo niebla, pero había una extraña brisa blanca y helada en el aire. Perdí el
195 así que tuve que tomar el TALP. Ahora tengo un gorro que me da aspecto de
portuario, pero también mantiene las orejas abrigadas. Lo más destacado de hoy
fue que me regalaron una planta. Fue un muchacho dueño de un vivero. Le entregué
el documento de la hija sin el comprobante. Lo conozco hace muchos años y no le
iba a hacer problemas por eso. Se puso tan contento que me dio la planta. La verdad
que ni idea qué tipo de planta es. La metí en el canasto y la llevé conmigo mientras
terminaba el reparto. Una señora me dijo que era de invierno. Otra me explicó
que resiste la helada y que en verano hay que ponerla a la sombra y regarla con
agua con hielo. Volví en el 195 con la planta. Bueno, si llegaron hasta acá,
quisiera agradecerles. No voy a manguear cafecitos ni nada de eso, pero sí
decir que hoy es el último de esta serie. El objetivo era acomodar las ideas y
recuperar el ejercicio de la escritura. Tal vez vuelva a hacerlo en un tiempo,
pero por estos días lo voy a dejar porque aparecieron ideas y quiero dedicarles
algo de tiempo. Agradezco de corazón a los escasos, pero fieles lectores y
lectoras. Un abrazo.