Lucrecio, el cangrejo, y Ana Ochoa, la anchoa, pasan sus tardes buscando piedras con forma de piedra. Esta tarea es mucho más compleja de lo que podría parecer a simple vista; es por eso que suelen tener largas discusiones sobre cual piedra deben guardar y cual deben descartar. Hace un par de días se dio el siguiente intercambio.
-Mira esta piedra- dijo Lucrecio, el cangrejo.
-No sirve- respondió Ana Ochoa, la anchoa.
-¿Por qué?
-Tiene forma de pelota
-Sí, ¿y?
-Vos la ves y decís “es una piedra con forma de pelota”
-Aja
-Cuando deberías decir “es una piedra”
-Anda a la puta que te parió, para mi tiene forma de piedra.
Finalmente, esa piedra fue descartada.
Lucrecio y Ana tienen una prolija colección de doscientas piedras, clasificadas por nombre, color y fecha de su hallazgo.
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