Creo
que Macri creyó que creeríamos que había que creer en el modelo. Creyó que creeríamos
en esta fabula de Los Tres Chanchitos, algo así como guarda que ahí viene el
Lobo Feroz, Feroz con F de Fernández, la bestia salvaje y populista que te va a
destruir la casa y te va a comer, entonces, como si fuera el chanchito Practico,
el tipo nos dice que el como ingeniero y chancho estuvo pensando en asentar las
bases y los cimientos para construir una casa que no sea derribada por el soplo
populista y demagógico del Lobo Fernández, pero parece que no, no alcanzó y el
soplo fue huracán y parece que la simple idea de la vuelta de 678, Jorge
Coscia, Moreno, Ricardo Foster, el fútbol pagado con los impuestos de Mirtha
Legrand, los derechos humanos de los delincuentes, el gas y la luz y el agua y
las naftas despilfarradas, la expropiación de los pooles de siembra, Zamba, el
monumento a Juana Azurduy, el latinoamericanismo, las murgas uruguayas, Evita
volviendo a brillar en el Ministerio de Trabajo, la Plaza de Mayo llena de
negros sudorosos gritando y comiendo chorizos a la pomarola, cocinados en una
olla que no pasaría ninguna prueba de bromatología en Wall Street y, sobre
todo, que la gente pueda COMER todos los días y cuatro comidas diarias en lo
posible y, creo, esto último es lo que más hizo temblar los cimientos de la
casa de pajas que construyo Macri, que él y sólo él y tal vez el grupo de
chetos del Newman que lo secundan, creyó y creyeron que eran el chanchito
Practico, pero no, era el chanchito Flautista o el Violinista, que construyeron
algo así nomás, sin preocuparse mucho si se caía o no, siempre y cuando
pudieran fugar y fugar y enriquecerse y enriquecerse y cagarse de risa de todxs
nosotrxs, que estábamos con la angustia y la desesperación acá, acá, en la
garganta y en el pecho y en el corazón, pero todo se voló a la mierda, pero
porque, y este es el plot twist, el giro de la trama, de esta historia, el Lobo
Feroz es Macri, en una vuelta esquizofrénica nos quiere hacer creer que está de
nuestro lado, que nos va a cuidar, que va a levantar el techo donde estaríamos
a salvo de esos peronchos corruptos, con olor a barro y a zanja, que se tatúan a
Maradona y lloran cuando escuchan hablar a la Jefa de la Banda, pero no, porque
el giro es que el chanchito Practico es Alberto que vino a intentar construir
algo mejor y a sacarle la máscara al chanchito Violinista para que veamos que
es el Lobo Feroz que a la vez es Macri y perdón pido si me enriendo y me confundo
porque ya ni sé cuál es la analogía que quiero hacer y se me perdieron y
traspapelaron todos los referentes, referencias y referatos del caso, pero lo
cierto es que no creímos y uno lo sentía y lo escuchaba en la calle, sin ser sociólogo,
ni antropólogo, ni politólogo, ni encuestador, ni nada más que un simple
cartero que escucha, sí, escucha, lo que la gente te dice y te comenta y la
sensación unánime era que esto no se aguantaba más, no se aguanta más, porque
no hay plata, no hay trabajo, hay angustia, hay incertidumbre y así no se puede
vivir, no se puede vivir así, porque yo no seré antropólogo, ni sociólogo, ni
nada de eso, pero sí creo que la gente no se organizó en sociedad para defender
valores democráticos ni nada por el estilo, más bien se organizó para no morir
de frío, de hambre, que no se la coman los lobos, para eso nos juntamos y nos
toleramos y un poco nos odiamos y un poco nos queremos y si vos como gobierno
no garantizas eso no hay ni Comodoro Py ni conglomerado mediático que te salve,
porque la gente se da cuenta, al final y en algún punto, que Macri no es el
chanchito Practico y voluntarios, ni el fatigoso chanchito Flautista ni el
desidioso chanchito Violinista, no, Macri y su gobierno no son inútiles, ni
torpes, ni tienen buenas intenciones. No. Este es un gobierno de asesinos. No hay
otro modo de definirlos. Es una banda de asesinos. Macri creyó que nunca nos
daríamos cuenta de eso. Pero, por suerte, parece que nos dimos cuenta. Y se
van, por suerte, se van. Esta pesadilla se termina. Al menos eso quiere creer.